¿Qué poder tenemos realmente la gente de la calle? La casa no se mantiene ordenada, si nadie está dispuesto a coger la fregona, y el cepillo de vez en cuando. Mantener un país, es tarea de todos. Yo, siempre he preferido ser hormiguita, aunque también me reprochan mi excesivo romanticismo. ¡Ya ves!
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