viernes, 5 de junio de 2009

How to sytle your hair

Fin de semana. Festival de cine, (flojito, flojito), partido del Huesca, (¿le queda fútbol a estas alturas de temporada?), y estrenos pre veraniegos. Terminator Salvation, o Los Mundos de Coraline. Creo que caerán las dos.

Mientras tanto, uno que tiene un punto marujo, os recomienda que os pongáis guapos, guapas, que los exámenes están a punto de acabar, y el veranillo está entrando, como quien no quiera la cosa, por la puerta.

miércoles, 3 de junio de 2009

Grease..., en HD

Las ojos como pucheros. La madre que parió a los que inventaron el Bluray. Calidad de imagen, colores, definición, sonido...

"Fue el mejor de los tiempos, fue el peor de los tiempos"... En el momento que los chinos los fabriquen a 100 euros, me compro uno. Lo prometo.


martes, 2 de junio de 2009

La puta furgoneta


A raíz de la comida del pasado martes, con los ex de la Orquesta, y porque ellos me sugirieron que volviera a escribir alguna de las anécdotas de aquellos años, hoy me da por contar algunas cosas ocurridas con, en, y fuera de aquellas furgonetas más o menos verbeneras.

Si ello os sirve para echar la vista atrás, y recordar cuatro momentos locos, daremos el esfuerzo por bien empleado.

La primera furgoneta que alquilamos "oficialmente" fue una Mercedes de color verde, en Automóviles Iliana, que estaba en la calle San Vicente Paul, de Huesca. En ella, fuimos hasta un pueblo de Soria, y a otro de Zaragoza, en agosto de 1981. Atravesamos Calatayud, que estaba en fiestas. Había vida más allá de San Lorenzo, desde luego. Fue un viaje un tanto desafortunado, porque nuestro "cantante" se machacó la voz en fiestas, y a la hora de cantar, no pudo defender el repertorio como correspondía. Pero volver a casita, con cien mil pesetas de dos días de trabajo, con 16 años, era toda una experiencia que queríamos, seguro, volver a repetir. Eso de tocar hasta las cuatro de la mañana, no lo llevé muy bien, no.

El siguiente bolo, nos tocó en Sabayés, pero tuvimos que hacerlo con otro batería, porque el nuestro, eligió pasar de todo, e irse de fiestas a Almudevar. Tuvimos que sustituirlo, e ir a la aventura, sin casi haber ensayado. Para aquel chaval, el "Cojoneras", fue su última experiencia musical. Al año siguiente, fue a la mili, y no volvió, o eso comentaron las crónicas.

Como lo de alquilar furgonetas nos salía siempre por un pico, y teníamos que negociar el precio con los transportistas de esos años, dedidimos comprar una furgoneta de segunda mano, modelo Saba, que tenía escape de humos hacia la cabina, y aún conservaba en su interior un nido de avispas, recuerdo de los años que había estado parada. Pero recien pintada, con el nombre de la Orquesta, parecía otra cosa. Se le hizo un buen lavado de cara, y de motor.

Y ale, a recorrer la montaña, Huesca, Zaragoza, Teruel, y Soria, por esas carreteras abandonas a su suerte, en el año que terminó "Verano azul". La Saba no pasaba de ochenta, y en las cuestas, con el equipo, no tiraba. Con el tiempo, empezó a tener "goteras".

Se le rompieron los frenos durante un pasacalles en un pueblo de camino a Tarazona. Casi nos llevamos por delante a una charanga. Habíamos recogido en Zaragoza a un miembro de la comisión de fiestas, que fue testigo de aquel desastre. Al llegar a nuestro destino, después de una rápida reparación, nadie de la Orquesta quiso quedarse dentro de la furgoneta, (sólo yo, el más solidario, je, me quedé en su interior, al lado del "jefe"). La lluvía de piedras que nos llovió por llegar dos horas tarde fue espectacular. ¡Cómo resonaba aquél montón de chatarra! ¡Clon! ¡Clon! ¡Clon! El de la comisión de fiestas, que tampoco se había querido quedar con nosotros, puso paz y orden, a costa de unas cuantas docenas de bollos en la chapa, y en la pintura.

Fue otro viaje inútil, porque la gente, mosqueada, no se quedó a la verbena, y tocamos para cuatro gatos.

Diez días después, se le rompió la transmisión. Tuvimos que volver en taxi, desde Zaragoza, a Huesca. Celebré ese día con la llegada, por fin, al local de ensayo de mi MS 20, comprado pocos días antes. Al jefe de la "orquesta", le costaba entender lo que era un Sinte, y sus posibilidades. Donde estuviera una buena trompeta...

Tampoco tenía calefacción en invierno. Pero con calor humano, risas, y unas mantitas, lo solucionábamos. En diciembre de ese año 82, nos dejó tirados a la entrada de Huesca. Volvimos a casa, envueltos en esas mantas, a cinco bajo cero, a las cuatro y media de la madrugada.

Al año siguiente, con la llegada de nuevos miembros de los antiguos "Acoustic", decidimos jubilar a la vieja "Galactica". Alberto, el Saxo, la trajo de vuelta a casa, desde Sariñena, haciendo el viaje con un casco de moto en la cabeza.

¿Que si follamos? Pues no, pero casi. ¡Qué noches!

domingo, 31 de mayo de 2009

Cómo decir

Un toque "World" pelín pachanguero.



La voz de la chica no vale gran cosa, pero la canción en conjunto, tiene su feeling.

El veranillo, ya está a la vuelta de la esquina.