Creo que hay cientos de temas de más importancia que las explicaciones sobre porqué alguien abandona un proyecto al que ha dedicado un año, un modesto cortometraje sobre La memoria histórica. Estas, supongo, no deberían tener el más mínimo interés, pero debo respuestas, y explicaciones, a todos los que me han apoyado en ese tiempo. Estas son.
Para algunas personas, las más “románticas”, los Maquis son un símbolo de lucha contra el fascismo y la tiranía. Para otras, simples bandoleros. Pobres desgraciados a los que aquellos tiempos de pobreza, hambre, e injusticia, no dejaron otra alternativa, que la de echarse al monte, huyendo de todo eso.
El año pasado, tras acabar la filmación de Loma Saso, un cortometraje sobre las trincheras de Tierz, los Bosques de Hecho, me inspiraron una historia sobre ellos. Me quedó inercia, tras esa experiencia, y con la ayuda, y la documentación del escritor Fernando Martínez de Baños, empecé a preparar el esbozo de una idea para otro cortometraje.
Contacté con una productora Oscense (cuyo nombre nunca recordaba, o era deliberadamente obviado, y que tampoco mencionaré ahora), avalada por algunos amigos del medio. De buena fe, como “un pacto entre caballeros”, le ofrecí la posibilidad de sacarlo adelante. Como ésta también tenía sus propios intereses para el futuro, llegamos a un acuerdo. Ambos podíamos salir beneficiados.
Así que poco a poco, todo se fue poniendo en marcha.
Realicé un Casting entre gente de Los talleres de teatro de Huesca, y otro, con la gente de Oroel teatro, de Jaca. Con el añadido de algunos actores que aportó la productora, empezamos a preparar el rodaje de Lo saben los bosques, que daría comienzo el segundo fin de semana de Mayo, en Atarés, (Jaca). La gente del pueblo se portó maravillosamente, con una enorme paciencia, y colaboración. Atarés ya tenía cierta historia sobre este tema.
Se solicitaron los permisos oportunos a las instituciones, y organismos apropiados, y se puso en marcha el proceso. En Huesca, sólo tuvimos facilidades, como ocurrió con el corto de Tierz. Hay que decir que, a pesar de que el cortometraje ha sido rodado en La Comarca de la Jacetania, prácticamente, no obtuvimos ninguna ayuda de sus instituciones. Hasta tuvimos que solventar uno de los muchos controles policiales, dejando algún que otro momento surrealista para el recuerdo.
Un año de trabajo se estaba haciendo realidad. Pero esa ilusión se fue desgastando poco a poco, ante imposiciones, e ideas “industriales” de la productora, modos poco acertados de trato hacia la gente, (no había profesionales a bordo. Sólo gente con ganas de vivir experiencias, y aprender), escasez de diálogo entre nosotros, intereses creados que nada tenían que ver con los míos, cierta falta de ética profesional, etc, etc. Tensiones que hacían imposible sentirse cómodo, y cuidar como yo quería, lo que se estaba haciendo. La historia que se pretendía contar.
El sábado cuatro de Junio, el vaso de la paciencia se desbordó. Se trabaja durante cinco días de la semana, para que el fin de semana de rodaje, todo el mundo esté a su hora, y a nadie le falte nada. Ese esfuerzo, fue recompensado con salidas de tono por parte del personal de la productora. La gente olvida con facilidad, en pos únicamente de sus intereses, que son sólo invitados, a los que generosamente, he presentado un proyecto interesante para que todos salieran beneficiados. Nada más.
El día seis, lunes, la productora, y alguno de los actores invitados a la filmación, dado lo sucedido en ese fin de semana, algo que podría haber sido una fugaz tormenta de verano por ambas partes, me "instaron" a firmar un documento conforme el creador de la historia, el productor, (quién ha puesto todo el proceso en marcha), y el director de la misma debía abandonar la dirección de mi proyecto, ceder los derechos de adaptación de guión, etc, etc. “Hasta aquí hemos llegado”, dijo mi experiencia.
Firmé. Según el protocolo de Autores, sólo me queda un 25% de mis derechos como autor, que es el que legalmente, me pertenece, y el que ejerzo ya al haberse estrenado el primer trailer del corto. Algunas cosas, al menos yo, no las hice por dinero. Cuando ya se ha perdido la fe en la gente que te rodea, lo mejor que puedes hacer, es ganar profundidad de campo. El destino del barco, y de los que viajan a bordo de él, ya no te incumbe. Aire.
En este momento, la “autoría” de la historia, según el facebook del corto, pertenece a terceros causantes de todo este embrollo. Afortunadamente, queda constancia en el Registro de la propiedad intelectual, y en la SGAE, de lo contrario. Vivir para ver. ¡Que se lo digan a Don Hilario Jarne! Ahora mismo, ya no puedo responder de la calidad, ni de la veracidad histórica de la historia que se verá finalmente en la pantalla. Eso si, no se ha filmado un plano más de lo escrito en el guión original. Sólo se redoblará, cambiando el “digo”, por el “Diego”.
A pesar de lo que se esté vendiendo, no se puede “hacer cine” en Huesca con presupuestos reducidos, sin personal técnico cualificado, ni actores que defiendan con soltura los personajes, sus conflictos, y sin técnica para ello. Para que las ideas de todo tipo, se puedan concretar, es necesario que la gente crea que los proyectos merecen la pena. Son factibles.
Si se carece de ese personal técnico necesario, somos los demás, a la fuerza, los que tenemos que suplir esa carencia, y lo hacemos de buena fe, no por imposición alguna. Quien a última instancia, debe alzar la voz, es el director, y nadie más. Es quien tiene la última palabra. Nadie cobra, y a todo el mundo le cuesta su esfuerzo estar presente, colaborar por intentar aportar su granito. Nadie impone formas de trabajo, a nadie. Hay una disposición, y bondad natural, que siempre se ha de respetar.
El cine es algo enorme, muy técnico, y muy caro. Y debe de ser así. Si te lo montas de "indi", has de suplir todas estas carencias con un buen guión, y mucho, mucho talento. En este momento, damos para lo que damos. Se tardará mucho tiempo en crear esa base respetable. Desde luego, no se hace con aportaciones de 50, y 100 euros.
Pero ahí queda el primer trailer de Lo saben los bosques. A pesar de todo, sigue siendo algo mío. Es la historia de mi tierra. No una caja de galletas industriales, donde otros han visto tan sólo, un fugaz negocio. Hemos aprendido a valorar mucho más nuestra propuesta. Ha habido dirección y rumbo, ¡ya lo creo!
Las ideas para el futuro, cada vez son mejores, pero esta vez, no nos consta ya, actitud deferencial alguna hacia nadie. Lo que es tuyo, lo compartes con quien es merecedor de ello. Lo tuyo, se defiende siempre. Hay que ser prudente.
Para algunas personas, las más “románticas”, los Maquis son un símbolo de lucha contra el fascismo y la tiranía. Para otras, simples bandoleros. Pobres desgraciados a los que aquellos tiempos de pobreza, hambre, e injusticia, no dejaron otra alternativa, que la de echarse al monte, huyendo de todo eso.
El año pasado, tras acabar la filmación de Loma Saso, un cortometraje sobre las trincheras de Tierz, los Bosques de Hecho, me inspiraron una historia sobre ellos. Me quedó inercia, tras esa experiencia, y con la ayuda, y la documentación del escritor Fernando Martínez de Baños, empecé a preparar el esbozo de una idea para otro cortometraje.
Contacté con una productora Oscense (cuyo nombre nunca recordaba, o era deliberadamente obviado, y que tampoco mencionaré ahora), avalada por algunos amigos del medio. De buena fe, como “un pacto entre caballeros”, le ofrecí la posibilidad de sacarlo adelante. Como ésta también tenía sus propios intereses para el futuro, llegamos a un acuerdo. Ambos podíamos salir beneficiados.
Así que poco a poco, todo se fue poniendo en marcha.
Realicé un Casting entre gente de Los talleres de teatro de Huesca, y otro, con la gente de Oroel teatro, de Jaca. Con el añadido de algunos actores que aportó la productora, empezamos a preparar el rodaje de Lo saben los bosques, que daría comienzo el segundo fin de semana de Mayo, en Atarés, (Jaca). La gente del pueblo se portó maravillosamente, con una enorme paciencia, y colaboración. Atarés ya tenía cierta historia sobre este tema.
Se solicitaron los permisos oportunos a las instituciones, y organismos apropiados, y se puso en marcha el proceso. En Huesca, sólo tuvimos facilidades, como ocurrió con el corto de Tierz. Hay que decir que, a pesar de que el cortometraje ha sido rodado en La Comarca de la Jacetania, prácticamente, no obtuvimos ninguna ayuda de sus instituciones. Hasta tuvimos que solventar uno de los muchos controles policiales, dejando algún que otro momento surrealista para el recuerdo.
Un año de trabajo se estaba haciendo realidad. Pero esa ilusión se fue desgastando poco a poco, ante imposiciones, e ideas “industriales” de la productora, modos poco acertados de trato hacia la gente, (no había profesionales a bordo. Sólo gente con ganas de vivir experiencias, y aprender), escasez de diálogo entre nosotros, intereses creados que nada tenían que ver con los míos, cierta falta de ética profesional, etc, etc. Tensiones que hacían imposible sentirse cómodo, y cuidar como yo quería, lo que se estaba haciendo. La historia que se pretendía contar.
El sábado cuatro de Junio, el vaso de la paciencia se desbordó. Se trabaja durante cinco días de la semana, para que el fin de semana de rodaje, todo el mundo esté a su hora, y a nadie le falte nada. Ese esfuerzo, fue recompensado con salidas de tono por parte del personal de la productora. La gente olvida con facilidad, en pos únicamente de sus intereses, que son sólo invitados, a los que generosamente, he presentado un proyecto interesante para que todos salieran beneficiados. Nada más.
El día seis, lunes, la productora, y alguno de los actores invitados a la filmación, dado lo sucedido en ese fin de semana, algo que podría haber sido una fugaz tormenta de verano por ambas partes, me "instaron" a firmar un documento conforme el creador de la historia, el productor, (quién ha puesto todo el proceso en marcha), y el director de la misma debía abandonar la dirección de mi proyecto, ceder los derechos de adaptación de guión, etc, etc. “Hasta aquí hemos llegado”, dijo mi experiencia.
Firmé. Según el protocolo de Autores, sólo me queda un 25% de mis derechos como autor, que es el que legalmente, me pertenece, y el que ejerzo ya al haberse estrenado el primer trailer del corto. Algunas cosas, al menos yo, no las hice por dinero. Cuando ya se ha perdido la fe en la gente que te rodea, lo mejor que puedes hacer, es ganar profundidad de campo. El destino del barco, y de los que viajan a bordo de él, ya no te incumbe. Aire.
En este momento, la “autoría” de la historia, según el facebook del corto, pertenece a terceros causantes de todo este embrollo. Afortunadamente, queda constancia en el Registro de la propiedad intelectual, y en la SGAE, de lo contrario. Vivir para ver. ¡Que se lo digan a Don Hilario Jarne! Ahora mismo, ya no puedo responder de la calidad, ni de la veracidad histórica de la historia que se verá finalmente en la pantalla. Eso si, no se ha filmado un plano más de lo escrito en el guión original. Sólo se redoblará, cambiando el “digo”, por el “Diego”.
A pesar de lo que se esté vendiendo, no se puede “hacer cine” en Huesca con presupuestos reducidos, sin personal técnico cualificado, ni actores que defiendan con soltura los personajes, sus conflictos, y sin técnica para ello. Para que las ideas de todo tipo, se puedan concretar, es necesario que la gente crea que los proyectos merecen la pena. Son factibles.
Si se carece de ese personal técnico necesario, somos los demás, a la fuerza, los que tenemos que suplir esa carencia, y lo hacemos de buena fe, no por imposición alguna. Quien a última instancia, debe alzar la voz, es el director, y nadie más. Es quien tiene la última palabra. Nadie cobra, y a todo el mundo le cuesta su esfuerzo estar presente, colaborar por intentar aportar su granito. Nadie impone formas de trabajo, a nadie. Hay una disposición, y bondad natural, que siempre se ha de respetar.
El cine es algo enorme, muy técnico, y muy caro. Y debe de ser así. Si te lo montas de "indi", has de suplir todas estas carencias con un buen guión, y mucho, mucho talento. En este momento, damos para lo que damos. Se tardará mucho tiempo en crear esa base respetable. Desde luego, no se hace con aportaciones de 50, y 100 euros.
Pero ahí queda el primer trailer de Lo saben los bosques. A pesar de todo, sigue siendo algo mío. Es la historia de mi tierra. No una caja de galletas industriales, donde otros han visto tan sólo, un fugaz negocio. Hemos aprendido a valorar mucho más nuestra propuesta. Ha habido dirección y rumbo, ¡ya lo creo!
Las ideas para el futuro, cada vez son mejores, pero esta vez, no nos consta ya, actitud deferencial alguna hacia nadie. Lo que es tuyo, lo compartes con quien es merecedor de ello. Lo tuyo, se defiende siempre. Hay que ser prudente.
