viernes, 19 de septiembre de 2008

Retrankado

Buen concierto el de los Retranka, jovencísimo grupo de Huesca, con algún que otro veterano en sus filas. Rock urbano, bien ejecutado. Perfectamente ensayados, empastados, y con un nivel de los músicos, muy alto, sobre todo, el guitarra solista, quien en algunos de sus solos, me recordaba a David Gilmour, aunque lo que hacen no tenga nada que ver, por supuesto. El sonido, creo que llevado por una nueva empresa de sonido, también era bastante bueno.

El motivo, la celebración en la Plaza Concepción Arenal, del día mundial del Alzheimer, con reparto de longaniza frita para todo aquel que no hubiera merendado aún. El ambiente, diverso, y animado, (papás, mamás, niños, niñas, abuelos, abuelas con los nietos, gente que iba y venía...).



No tengo el disco de los Retranka, pero tampoco quiero bajármelo de ningún sitio. Espero conseguirlo de otro modo, y aquí hago un guiño al grupo. La versión acústica de Fito Paez, y el instrumental, han sido de los mejores temas de la tarde.

El verano Oscense, se termina, pero aún queda energía en él.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Pepe

Pepe fue el primer amigo que hice. Ambos teníamos seis años, y pasamos la tarde en los columpios del parque de Huesca, cercanos a la entrada por Santo Grial. Era finales del verano del 70, o del 71.
Conquistamos países, castillos, descubrimos mundos imaginados...

Mis padres, vinieron a rescatarme, y a volver a traerme a la realidad de los mayores.

-"Quiero quedarme a jugar con mi amigo Pepe", les dije.

-"No", me contestaron. Es un niño gitano.

Y ahí me quedé yo, sin entender nada. Era mi amigo. Nos entendíamos bien. Tuve que ir a decirle aquello de que "mis padres no me dejan jugar contigo". Pepe me miró, agachó la cabeza, y dijo con un hillillo de voz: "vale".

Quizás él entendía mejor que yo aquellas palabras.

Han pasado años, pero de vez en cuando, sobre todo con el asunto de la separación de los colegios en Madrid, lo recuerdo.

Sinceramente, espero que la vida te haya tratado bien.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Adiós, mister Wright



Finales de septiembre de 1979. Un chaval de 14 años se compra en Elepé (en cassette), el primer disco de Richard Wright, teclista de los Floyd, "Wet dream". Aún la conservo, por supuesto.

Jaca, verano del 75. En la gramola del bar La Gruta, situado enfrente de la tienda de ultramarinos de mi tío, de la calle Bellido, sonaba el inicio del Wish you where here. Notas mágicas, llenas de misterio. De ahí, al Dark side, en Elepé también, al Animals, en la tienda de don Jesús, hasta este año, en que me compré The Wall en CD, en la última feria del disco.

No es que ese chaval quisiera dedicarse a la música como profesión, pero sí quería desvelar los misterios de esas notas, y los secretos de esos sonidos tan acuosos. Pero esos sonidos, y esos secretos, pertenecen ya al pasado. Primero, fue Peter Bardens, y ahora, usted, señor Wright.

Hace 4 años, que vendí mi Fender Rhodes. Lástima.
Le hubiera invitado a hacer una Jam.