Hoy he ido a Robres, con intención de visitar el Centro de interpretación de la Guerra Civíl, y ver el museo, y la exposición de fotografías de Henry Buckley. Según el PDF que me descargué, el horario de visitas en agosto, era de 12 a 2 al mediodía, y de 6,30 a 8,30 de la tarde. Supuestamente, había combinación de autobuses para volver a Huesca.
Así que, en teoría, teniéndolo todo planeado, y estudiado, me he acercado con la benevolencia de mi amigo Miguel Ángel allí, para "empaparme" de historia. En Zaragoza, ya pude visitar otra sobre Los Talleres Mercier, reciéntemente.
¿Cómo ha salido todo? Pues un desastre. El Centro, no se abre más que en fines de semana, el encargado del mismo tenía cosas mejores que hacer, en el Ayuntamiento no saben nada del tema, porque no son ellos quienes lo gestionan, y dado que, aunque todavía faltan 8 días para que empiecen las fiestas, ya han instalado la carpa para las mismas, el autobús, no para en su lugar habitual, sino "arriba", en un lugar recóndito, donde nadie del pueblo, ha sabido situar.
Tampoco hay ningún lugar en Robres donde pernoctar. Por supuesto, he conseguido volver a Huesca, pero he sentido mucha vergüenza ajena. No puedo quejarme del trato de la gente del pueblo, pero en aquel sitio, parecía que el tiempo se había detenido, y la civilización, estaba muy, muy alejada de allí. Tan sólo se percibían atisvos de ella, en los modernos televisores de pantalla plana.
Algo básico, por favor: primero, la infraestructura, después, el recurso, o la ruta. Para otra vez, si es que consigo armarme de valor, no volveré a Robres sin cantimplora, brújula, sombrero, y con la batería del móvil, bien cargada. Lo siento por la gente que gestiona ese sitio, pero de este modo, lo va a visitar mi tía del pueblo, que vive muy lejos, en pleno Pirineo, donde nunca falta gente que te ayude, en las oficinas de turismo al uso.
Así que, en teoría, teniéndolo todo planeado, y estudiado, me he acercado con la benevolencia de mi amigo Miguel Ángel allí, para "empaparme" de historia. En Zaragoza, ya pude visitar otra sobre Los Talleres Mercier, reciéntemente.
¿Cómo ha salido todo? Pues un desastre. El Centro, no se abre más que en fines de semana, el encargado del mismo tenía cosas mejores que hacer, en el Ayuntamiento no saben nada del tema, porque no son ellos quienes lo gestionan, y dado que, aunque todavía faltan 8 días para que empiecen las fiestas, ya han instalado la carpa para las mismas, el autobús, no para en su lugar habitual, sino "arriba", en un lugar recóndito, donde nadie del pueblo, ha sabido situar.
Tampoco hay ningún lugar en Robres donde pernoctar. Por supuesto, he conseguido volver a Huesca, pero he sentido mucha vergüenza ajena. No puedo quejarme del trato de la gente del pueblo, pero en aquel sitio, parecía que el tiempo se había detenido, y la civilización, estaba muy, muy alejada de allí. Tan sólo se percibían atisvos de ella, en los modernos televisores de pantalla plana.
Algo básico, por favor: primero, la infraestructura, después, el recurso, o la ruta. Para otra vez, si es que consigo armarme de valor, no volveré a Robres sin cantimplora, brújula, sombrero, y con la batería del móvil, bien cargada. Lo siento por la gente que gestiona ese sitio, pero de este modo, lo va a visitar mi tía del pueblo, que vive muy lejos, en pleno Pirineo, donde nunca falta gente que te ayude, en las oficinas de turismo al uso.
