El discurso de Dolores Ibarruri, despidiendo a las Brigadas internacionales, en 1938:
No, no se olvidan aquellos sueños, aquél arrojo, aquella amistad.
No, no se olvidan aquellos sueños, aquél arrojo, aquella amistad.
El tío Paco, ya no está. Pero hay otros tíos por ahí rondando, a cinco kilómetros de Huesca.