jueves, 19 de febrero de 2009

Jueves lardero

Esta tarde me ha dado por pasar por La Plaza López Allué para ver un poco de qué iba eso del "Jueves lardero", el reparto de longaniza, y tal. De un tiempo a esta parte, gracias al blog, o a mi afición a la fotografía, me estoy metiendo en eventos a los que jamás di importancia alguna.

He hecho algunas fotos, y me he animado, ya puestos, a ponerme en la cola, para pillar ese trocito de longaniza, pan, y algo de vino. Aragonés que se siente uno, a veces. Tres cuartos de hora, hemos tenido que esperar. Al principio, la espera se ha hecho llevadera, porque no hacía mucho frío, pero poco a poco, éste nos ha ido calando desde los pies, hasta la cabeza, y al final, aquello ya se estaba haciendo un tanto insoportable, y aburrido. Las abuelas contaban sus aventuras con sus nietos, las madres vigilaban a sus hijos, y los fotógrafos intentaban tomar alguna que otra instantanea curiosa.

A las ocho de la tarde, los gaiteros han aparecido por La Plaza, y han comenzado a tocar melodías típicas Aragonesas, (El villano, etc). Finalmente, la cola se ha puesto en marcha, y al final, nos han dado nuestro trocito de longaniza, pan, y un botellín de agua. ¿Cómo estaba la longaniza? Fuerte, como debe de ser, pero algo escasa.

Para rematar "la faena", los de Antena Aragón me han pillado por banda, y me han hecho un amago de entrevista que espero que no sea vista jamás. Aterido de frío, con media longaniza en la boca, los labios llenos de migas, y pensando en cosas más "calidas" al llegar a casa. ¿Cómo se siente uno, cuando de buenas a primeras, le ponen un micro en la boca, y una cámara le enfoca? Como un gilipollas. Y anda que el guión de las preguntas que me ha hecho la moza, ni un guionista inspirado de La Sexta:

-¿Qué le ha parecido el acto?
-Bien, es la primera vez que vengo.
-¿Cómo estaba la longaniza?
-Buena, buena... (Ñiam, ñiam).

Me he sentido ridículo, leñe. Tras disculparme con los mozos, ("Me habéis cojido completamente fuera de juego"). He vuelto a casa.

Desde luego, hay que "valer" para esto. Lo mío, siempre ha sido un trabajo de bastidores. Al llegar a casa, he arremetido contra mi tortilla de patatas, escuchando hora 25, y a Ángeles Barceló.

Felices Carnavales a todos.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Miércoles de Ceniza

Por si alguno tenéis curiosidad de cómo acabó el asunto del móvil, ayer pasé por "comisadida", pero los críos, (porque no son otra cosa, aparenten lo que quieran aparentar), no me hicieron mucho caso. Se ve que la presunta usurpación de personalidad para ellos, no constituye ningún tipo de delito. O es que, seguramente, tendrían asuntos más serios de los que ocuparse.

Donde sí me hicieron bastante más caso, fue en la oficina del Consumidor. He presentado finalmente dos denuncias: una en Consumidores, y otra, esta mañana, en Telecomunicaciones.

Me parere ridículo que cualquiera pueda llamar, haciéndose pasar por cualquiera, y sin preguntar más información, (tipo Imei, o datos similares), te puedan bloquear tu teléfono por las buenas.

El siguiente paso, por supuesto, consistirá en cambiar de compañía.


Ayer por la noche vi Camino, la película de Javier Fesser. ¿Qué puedo decir? Pues que para todo en esta vida, hace falta arte. Sólo una vez, he estado en Torreciudad. Aquello me pareció grotesco. Creo que la supuesta "obra" de Dios, sólo se lleva a cabo en el corazón del hombre, y en su conciencia. Jamás en el plano material, y terrenal. Jesús sólo nos pide una cosa: que aceptemos nuestra mortalidad, nuestra fragilidad. Que asumamos que ante la adversidad y la muerte, todos somos iguales. Por ello, la única vía para la unión de todos es el amor, la empatía, la comprensión. El sentimiento de que todos, somos "prójimo". De no hacerlo así, le clavamos así con más fuerza en su cruz.

Camino tiene dos o tres ideas buenas, pero una vez que las cartas han sido puestas encima de la mesa, la película se hace por momentos repulsiva, triste, innecesaria, y agónica. El cine es un lenguaje que se alimenta del riesgo, pero una cosa es correr ese riesgo, y otra, emborracharse de tópicos, malas intenciones y falta de mensaje alguno a transmitir. En esto, una vez más, volvemos al tópico del cine "español": No sabemos contar historias. No sabemos hacerlas interesantes, ni que transciendan.

Leo esta mañana que el Ayuntamiento, tras reunirse con "las fuerzas vivas" del ambiente musical Oscense, construirá finalmente, locales de ensayo para todos los grupos. ¿Qué pienso de esto?

Pues que no cambio ninguna de las tardes que pasé a principios de los 80, buscando locales por el casco viejo de Huesca, por un garito límpio, acojedor, y "prefabricado". La verdadera música sale del corazón, de la experiencia de ese "camino" recorrido, donde nada tiene porqué ser fácil, o sencillo. La "dolce vita" de la que hacen gala algunos, no va conmigo.

De la pena, el hambre, y la necesidad, han salido siempre las mejores canciones, las más sinceras. "A.M.O", jamás de los jamases, estaré a vuestro lado. Realmente, no creo que salga nada interesante de ellos, y si me equivoco, ¿le importa a alguien?





Por la mañana, un grupo de escolares posaban en las escaleras de la Iglesia de Santiago. No eran "Los Chicos del coro", pero he recordado esa fecha.

lunes, 16 de febrero de 2009

A vueltas con el móvil

Me ha ocurrido un hecho, cuanto menos, curioso. Esta mañana he intentado llamar por mi móvil a un compañero músico. No he podido hacerlo. Una voz me instaba a que contactara con el servicio de atención al cliente de cierta compañía de móviles. No le he dado importancia.

Esta tarde he intentado llamar a casa para una consulta tonta. No he podido llamar. La misma voz me instaba a que hablara con el servicio de atención al cliente de esa compañía. Llego a casa, y llamo.

-"Su móvil ha sido bloqueado por robo", me ha explicado una voz con acento latinoamericano. Me he quedado sin saber qué decir. Al final, montando en cólera, he preguntado cómo era posible que alguien llamara en mi nombre, denunciando ese supuesto robo, suplantando mi personalidad. Yo he tenido que dar mi DNI, y toda la información que me han pedido. Finalmente, he decidido bajar a la comisaria para hacer la pertinente denuncia. No podían atenderme. Había un incendio a pocos metros, y tenían más asuntos pendientes, pero lo haré mañana por la mañana.

He vuelto a llamar, y otra voz con acento latinoamericano me ha dicho que "era normal que un familiar pudiera llamar en mi nombre, denunciando ese robo". Esa es toda la seguridad que esa compañía de móviles ofrece a sus clientes. No se contrasta información, o dato de identificación del móvil alguno.

Así que mañana me toca cita en comisaria, y en la Oficina del Consumidor. Seas que quien seas, si lo has hecho a posta, te vas a acordar de mi nombre.

Y a esa compañía de móviles, les voy a dar algo para que desayunen.

domingo, 15 de febrero de 2009

Un sentimiento

"Still waters, run deep".