A raíz de esta noticia:
http://www.radiohuesca.com/Noticia.aspx?codigo=437808
A modo de coplilla, o poema épico, esto es lo que tengo que decir, como ex trabajador del centro de digitalización, a la sazón, Walqalingrado:
En Walqalingrado, encuentré el porqué de las canciones de Pablo Milanés, y Silvio Rodriguez. Del movimiento marxista revolucionario.
Películas sobre la oscura edad media, de espada y brujería. Sobre el Nacional catolicismo español. O cualquier comedia pija americana. Sobre la tiranía, y la Memoria Histórica.
Sobre el fascismo que nos fue impuesto, en esos tiempos oscuros. Con Señores de la oscuridad, que vienen de lejanas galaxias, a traernos el terror, y la villanía.
Sobre la Mafia, la puñalada trapera, y el tiro de gracia.
Con cartillas de racionamiento, y oraciones, al entrar, y salir de clase. Don Julián, siempre presto con la regla, a darnos con ella en la mano. A castigarnos de cara a la pared.
A recuperar diez estúpidos minutos.
Al claqueteo exasperante de los tacones. (¡Silencio! ¡Silencio! ¡Silencio, que no me puedo concentrar!)
A dejar de ser persona, bajo la mirada opresora de tus supervisores, siempre encima. La policía Judia, contra los propios judios. La porra, siempre presta. La boca, queda.
A Loma Saso.
El babeo, y el peloteo, siempre presentes, ¡por supuesto!
¿Un trabajo? ¿Sólo un trabajo?
Cada vez que recuerdo Walqalingrado, encuentro sentido al 14 de Julio. A los chistes de Gila. Y quiero más a Carpanta.
¡Qué locura!