miércoles, 17 de septiembre de 2008

Pepe

Pepe fue el primer amigo que hice. Ambos teníamos seis años, y pasamos la tarde en los columpios del parque de Huesca, cercanos a la entrada por Santo Grial. Era finales del verano del 70, o del 71.
Conquistamos países, castillos, descubrimos mundos imaginados...

Mis padres, vinieron a rescatarme, y a volver a traerme a la realidad de los mayores.

-"Quiero quedarme a jugar con mi amigo Pepe", les dije.

-"No", me contestaron. Es un niño gitano.

Y ahí me quedé yo, sin entender nada. Era mi amigo. Nos entendíamos bien. Tuve que ir a decirle aquello de que "mis padres no me dejan jugar contigo". Pepe me miró, agachó la cabeza, y dijo con un hillillo de voz: "vale".

Quizás él entendía mejor que yo aquellas palabras.

Han pasado años, pero de vez en cuando, sobre todo con el asunto de la separación de los colegios en Madrid, lo recuerdo.

Sinceramente, espero que la vida te haya tratado bien.

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