miércoles, 27 de mayo de 2009

Reverdecer laureles

150 horas de cursillo. Un puñado de carreras para no perder el autobús de mañanas. Los mismos pasajeros, indénticas conversaciones, día tras día.

- "Abriendo puertas, cerrando puertas. Abriendo puertas, cerrando puertas...".

Y un buen montón, también, de porqués. Porqué quedábamos en el Apolo a las cuatro de la tarde, porqué a algunas chicas no les salía el "barbelino", porqué otras, escogían otros caminos. Porqué, porqué, porqué...

¿Qué tiene esta clase de vida, que todavía tiene tirón?

Se verá, si acaso, este verano.

De momento, va por "ujtedej"...


No hay comentarios: