Podría haber buscado una versión en estéreo, pero aquí sale Vangelis, con sus cacharritos, y a uno, como que se le ponen, todavía, los dientes largos ante tanto analógico.
Una melodía inolvidable. La de veces que programé el Ms 20, para sacar el sonido original del bajo.
Y un Vangelis más próximo en el tiempo:
Una de las última películas que vi en el 2005 en el Avenida. A pesar del coñazo que resultó Alexander, el cine, estaba petado, esa noche.
Es lunes, y hay que echarle cojones, porque otra cosa, ya no queda.
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