sábado, 27 de noviembre de 2010

Incentivados

Una de tantas.

Entre pillos anda el juego. 1983. John Landis. Peliculón, sobre todo, en sus primeros 80 minutos.

Una escena: Isra, un camarero negro del selecto club al que los Duke and Duke, dos poderosos, y muy ricos brokers de Philadelphia, pertenecen, deja un ponche caliente en la mesa donde ambos están leyendo el periódico. Es Navidad, tiempo de aginaldos.

Uno de los dos hermanos espeta: "Ah, Isra, siempre a tiempo". "Toma, tu aguinaldo". El Duke, le da como un acto de suprema generosidad, un billete de diez dólares, al camarero negro. Él replica, con evidente disgusto y asco: ¡Diez dólares! Puede que vaya al cine... ¡Pero solo!

El otro Duke añade. ¡La mitad, es de mi parte!

El camarero se aleja de ambos, con repugnancia, mientras murmura para sí: Gracias. ¡Hijo de puta!

Pues así estamos, con el tema de los incentivos, "allá arriba". Señores de Madrid. Se me vayan a tomar por el culo, porque imagino que en esto, los unos, y los otros, los de arriba, y los de abajo, somos todos iguales. Hubo una guerra para liberar a los esclavos, hace ya, dos siglos. ¡Hijos de puta!




No hay comentarios: