domingo, 11 de marzo de 2012

Una ráfaga de viento

Un amigo me comentó ayer el nuevo argumento de la historia que se presentó el otro día, en Huesca, en formato de cortometraje.

El nuevo trailer oficial ya presuponía otra cosa completamente distinta, si bien, basado en muchas de las imágenes que se filmaron para mi proyecto. Por no sé que temas de derechos de autor, no pueden salir imágenes de más de 25 segundos, de duración. Algo similar sucede con las canciones. Aunque según me cuentan, todo esto es un mito.

Todo ha sido cercenado, variado, amputado... Y no sigo, por que no merece la pena.

Una ráfaga de viento, un día caluroso de Julio del 2010, meciendo con suavidad los árboles de Hecho, ha modificado la vida de cientos de personas. Curioso. Las musas, desde luego, desempeñan bien su papel. Se enredan juguetonas, en la vida de los hombres.

Detrás estuvo alguien que partipó como asesor hístórico, en una producción de que tiene 3 Oscars, y cuatro Goyas: El laberinto del fauno. Guardo la documentación que él aportó. No tiene precio.

Me han comentado una batallita con Nazis, en modo video juego. En fin. No quiero hablar tampoco, del doblaje, y del guión, al que nadie ha encontrado sentido.



Me gustan los "mata-mata" clásicos.

El "Lo saben los bosques" de Ángel Orós, no tiene nada que ver con el producto que finalmente, se presentó el día ocho de marzo. Y aquí lo dejo por escrito, para que quede constancia. No puedo, como autor de la idea original, responsabilizarme de nada de lo que se vio en pantalla.

La gente es capaz de emperifollarse hasta las cejas, por cinco minutos de gloria. No se valora nada más. Las obras que dejamos, nos sobreviven a todos.

Disculpadme si no os reconozco por la calle, o estallo en una sonora carcajada.

La próxima vez que las "musas" quieran contarme algo, me tiraré un sonoro cuesco.

1 comentario:

Cambridge dijo...

Recuerdo a los comentaristas más o menos anónimos, que todo comentario que almacenado a la vez en mi cuenta de correo, y por lo tanto, queda como prueba ante las posibles acciones legales que, como autor de la idea original, pueda llevar a cabo, en defensa de mi trabajo, de la gente que me apoyó en este proyecto, y por su puesto, de mi nombre.

Cuando se presentan los trabajos, las críticas, buenas, o malas, son parte del juego. Así que... ¡a jugar!