jueves, 31 de mayo de 2012

Dándole a La Balada

Estos días de Mayo, he empezado a grabar, (grabar me suena más modesto, que filmar, o rodar), mi nueva aventura audiovisual. Antes de tirarnos a la piscina, avanzamos poco a poco, viendo si la fotografía, el concepto, etc, funcionan, y de momento, lo hacen.

Las chicas con siempre más voluntariosas para estos proyectos "cinematográficos". Los chicos... Alguno hay, desde luego, pero están en otra onda.

El tema que trata esta tercera, y última incursión por mi parte en "La memoria histórica" es un reciclaje, o presentación de personajes de otra idea que preparé el año pasado. ¿Qué tal está saliendo? Pues bien. La fotografía, me convence, y las actuaciones, no están nada mal. De todas formas, se nota la falta de infraestructura para contar historias que tenemos aquí, más allá de la típica obrita de final de curso, que se hace con un puñadito de amigos.

Se intenta crear un equipo para sacar adelante el proyecto con cierta soltura, formado por gente de La escuela de Arte, y del módulo de sonido de Rayca, más algún que otro profesional, que colabora echando una mano, con retoques digitales, o lo que sea necesario.

La historia, no está mal. La he tenido que reescribir varias veces, adaptándola a las posibilidades reales de encontrar personal que lo interprete. El texto, nunca es algo cerrado. Es sólo una propuesta, un camino, que en función de mil detalles, evoluciona, muta, o simplemente, se cambia. Cuanto más lo hace, más se aproxima a la historia final.

De momento, este fin de semana, terminamos la primera escena. En Junio, tras los exámenes, ensayos, otra escenita, y el resto del corto, a partir de Julio, por la zona de Canfranc, y algún pueblecito del sur de Francia.

Si lo conseguimos, habrá triunfado la capacidad de sobreponerse al caciquismo local, ese que cuando escucha las palabras "Memoria histórica, República, tinte político, o acción y tiros", se echa para atrás.

Casi nada de esto va a quedar en esta historia esta vez, pero ya se sabe de los pueblecitos. Uno se aburre, y se siente como el título de mi corto, del norte, muy del norte.

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