domingo, 2 de diciembre de 2012

Balada del norte, en Canfranc estación

Ayer, sábado uno de Diciembre, presentamos Balada del norte en las Escuelas de Canfranc estación. La temperatura en el pueblo era de un grado bajo cero. Las aceras, estaban cubiertas de nieve. No había nadie en las calles del pueblo.

Elisa, encargada de la Oficina de Turismo de Canfranc, nos llevó al lugar de la presentación, y tras comprobar que todo estaba correcto, (la copia que presentamos, era algo diferente de la que se vio en Jaca). Nos fuimos a echar un café para hacer tiempo.

Al volver, el público muy familiar, llenaba media sala. El lugar era acojedor, y la calidad de audio, y vídeo de la proyección, fue bastante buena. Sophie, una amiga francesa que conocí en Graus, grabando las obras de Micro teatro del Colectivo TO, y A deshora teatro, vino a ver la proyección. Está en todas partes esta chica.

Balada gustó. Dejó, una vez más, "al público al borde de la lágrima". Es una buena historia, que ha ganado con las diferentes presentaciones: se corrigen detalles de color, se gana en calidad de audio, montaje, narrativa, etc. La versión que se presentará en el Olímpia el próximo día 13, será la mejor de las posibles.

A pesar de ese público familiar, con presencia de niños, nadie rechistó, ni se movió de su asiento. Guardaron un respetuoso silencio, hasta el final. La historia está muy bien narrada, "cala muy dentro", me comentó Elisa. Está contada para que sea entendida por un público "inteligente", pero es perfectamente comprensible hasta para los niños, que nada más terminar la proyección, y con el gusanillo dentro, enseguida preguntaron a sus padres por tal, o cual detalle.

Ese periodo histórico, engancha. Llama, invita a averiguar más cosas de él. De todos aquellos que por desgracia, lo vivieron. Quizás esos niños conectaron con el aire de fábula, y cuento que tiene.


Esta vez, sólo Andrés y María Jesús, actores, y en el caso de Andrés, productor también del corto, estuvieron en la presentación.

Yo no quiero llegar a todo el mundo. No merece la pena, y sobre mis supuestas tendencias políticas, me siento muy orgulloso, y cada vez más, de que, como director, se me "vean mis miserias". Me han costado toda una vida de experiencias.

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