miércoles, 10 de septiembre de 2008

Atrapados en el ascensor

Érase que se eran dos políticos, un Ruso, y un Español, que por azares del destino, se quedaron atrapados en un ascensor.
Dadas las azarosas circunstancias, y el escaso conocimiento que del idioma del otro tenían ambos, decidieron romper el hielo, como sólo dos hombres pueden hacerlo en esas circunstancias: a pedos.
- ¡Ostia! Exclamó el político Español, al percibir el olor.
- Caviar ruso, y Vodka, explicó con un marcado acento, el Ruso. Desayuno bueno y equilibrado, siempre.
Viendo que le tocaba el turno al Español, se encomendó al cielo, y con un ¡ejém!, liberó sus razones.
- Huevos fritos con chorizo, y un poco de albahaca. Explicó, con una sonrisa, el español.
- ¡Joer!, (en ruso), exclamó asustado el político Ruso. ¡Por Osetia del norte!
¿Moraleja?: La política, apesta.
Hoy, decían, se acababa el mundo. He almorzado unas buenas bravas por si acaso. No me pillarán con hambre.

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